A continuación vamos a explicar el proceso del aprendizaje constructivista, en cuatro fases:
Partir de las experiencias
El
enfoque constructivista prima el rescate de la experiencia previa en cada
situación de aprendizaje a desarrollar. Lo hace para buscarle sentido al
contenido educativo y para encontrar el sustento en la estructura de
conocimientos de la persona y poder sentar las bases de los nuevos
conocimientos.
Podemos recuperar la
experiencia previa en niños/as de infantil mediante la elaboración de un
dibujo, la participación en un juego etc.
Provocación de conflictos cognitivos
Todos
los seres humanos tenemos una “zona de
desarrollo real”, es decir un estado actual de conocimiento en el cual nos
sentimos seguros, pero para aprender o cambiar, tenemos que caer en conflictos
cognitivos.
Nosotros nos encontramos en
la etapa perfecta, es decir es más sencillo cambiar el marco de referencia de
un niño/a que de un adulto.
Es muy necesario provocar
esos conflictos cognitivos, es decir problemas nuevos que requieran salir de
nuestra “zona de seguridad” y así aprender de una manera más efectiva.
Conceptualización individual y colectiva
En esta tercera fase, el alumno hace suya una reconstrucción inicial.
En esta fase toman
protagonismo la investigación, la experimentación, la simulación, la
creatividad y la solución de casos, todo ello adaptado a la edad de los
educandos.
Se trata de diseñar y
desarrollar situaciones de aprendizaje con base en preguntas orientadoras, para
que los niños/as vayan reconstruyendo los conceptos.
La aplicación del conocimiento
Como bien dice el titulo, se
trata de aplicar lo aprendido para así verificar si es cierto. La aplicación
del conocimiento fomenta la creatividad, es decir, el niño/a produce cosas
nuevas a partir de lo aprendido y esto estimula la fantasia y la originalidad
Esperamos que os sirva de ayuda para comprender mejor como se da este aprendizaje en el aula, más concretamente con niños de infantil.